Como los posteos anteriores tuvieron menos "rating" que el programa de la Cecilia Bolocco, voy a probar una nueva estrategia. O sea, no totalmente. En esta oportunidad no hablaré de la música de un filme ni de
Piegrande, sino de "covers". Y es que una de las cosas que más disfruto, en cuanto a sonidos se refiere, son las versiones de otros, la "ropa prestada", como me dictó mi genio. Obvio que también me gustan los temas originales, pero cuando un cover sale bueno no hay nada que hacer. Yo mismo tengo pensado realizar una performance con piezas de Buddy Richard y Depeche Mode en pelotas y con un bajo distorsionado (claro que ese es un tema para otra ocasión).
Por norma son los artistas nóveles quienes casi siempre tributan a sus padres musicales, como una manera de dar a conocer sus influencias. Sin embargo, ¿qué pasa cuando la lógica se invierte?. Justo en estos días
Paul Anka acaba de sacar un disco denominado
Rock Swings en el que se despacha temas de Bon Jovi ("It's my life"), REM ("Everybody hurts"), The Cure ("Love cats"), Nirvana ("Smells like teen spirit") y Van Halen ("Jump"), entre otros. A mi jucio el resultado es bastante decente, así con orquesta y coros, anotándose de paso un poroto con la gallada nueva, esos
brocas que no estuvieron en sus días de gloria con "Diana"** (gracias
Pablillous por la corrección.
Otro "master" que se las ingenió para ganarse a la generación del combo con papas y bebida grande fue
Pat Boone, famoso cantante de los 50 que hace unos años grabó 12 éxitos del heavy metal para incluirlos en su discacho: "Pat Boone In a Metal Mood: No More Mr. Nice Guy". Si bien se hubiera esperado más de esta leyenda viviente (¡qué más se le va a pedir también!), se agradece la inclusión de "You've got another thing coming", de Judas Priest y "Holy Diver" de Dio (no cualquiera versiona a Ronnie James Dio).
Siguiendo la línea de aquellos viejos estandartes que saludan a la nueva camada, nos topamos con
Steve Lawrence y Eydie Gorme, suerte de Pimpinela de los 60 (cantando en Las Vegas eso sí), quienes aparecen con un sublime cover de
"Black hole sun", perteneciente a Soundgarden, en el disco "Lounge-A-Palooza". No está de más decir que sólo ese tema salva la plata del CD. Es tan bueno ese track, que no pocos pensaron que en realidad eran ellos los autores del corte y no la ex banda de Chris Cornell. Sorry, pero el ahora vocalista de Audioslave fue quien le puso la firma primero.
Una historia similar pero distinta es la que se escribe sobre
Johnny Cash. Según el Libro Gordo de Petete, Rick Rubin, idolatrado productor de bandas como Slayer y otros grandes del metal, fue quien en los 90 reflotó la carrera del hoy fallecido cantante de country. Gracias a cuatro placas horneadas bajo el alero de American Recordings, el hombre de negro disparó sus últimos cartuchos. La principal gracia de dicho material radica en que Cash, viejo zorro, tomó prestadas varias composiciones de, por ejemplo,
Depeche Mode ("Personal Jesus"), The Beatles ("In my life"), NIN ("Hurt"), Danzig ("Thirteen") y Soundgarden ("Rusty Cage") para exprimirlas hasta su esencia. Para mi gusto todo el paquete es una joya por donde se le mire, incluso aquellas tomas que no aparecieron en los discos oficiales, pero que sí fueron compiladas en la caja "Unearthed".
Para ir cerrando esta entrega, no quiero dejar de nombrar a un par de espectros que le ponen wendy a la transformación sonora al estilo lounge o easy listening. Primero está el inclasificable
Mike Flowers Pops, quien tiene -entre varias leseras- una excelente versión de "Li
ght my fire" (original de The Doors) en clave bossa; especial para esas noches de calor. El otro es un tipejo llamado
Richard Cheese, cuya mayor gracia radica en sacar discos que parodian las carátulas originales de otros álbumes. Musicalmente lo suyo es darle toques de jazz, tango o balada romántica a artístas tan disímiles como Limp Bizkit, Madonna e incluso Radiohead. Sólo para tolerantes a concho.
Como pueden ver, covers hay para tirar a la chuña, aunque sólo unos pocos logran el verdadero objetivo de este tipo de hazañas: ser tan bueno como el original, pero diferente a la vez. Algunos lo logran y se transforman en éxito, otros mueren bajo el estigma de ser malas copias.
He dicho.