Y me quedo...

Ayer habría llegado a Santiago. Ayer me habría ido a buscar mi madre y mi padre al aeropuerto, pero no fue. El lunes se me venció el pasaje de regreso (no, no lo podía cambiar) y aunque no es algo definitivo ni tan tremendo, marca un hito dentro de este viaje. Es decir: apostaré por el sueño americano. Aunque sea una parte.

Sigo sin tener certezas, pero lucho porque las cosas cobren sentido, por tener esa oportunidad que tantos antes que yo vislumbraron en sus vidas.

Sólo necesito un poco de tranquilidad y paciencia. Eso es todo lo que requiero y en eso me tengo que concentrar.