¡Es cierto, es cierto!, los bloggers también son humanos: yo conocí a uno

Siempre son a la tercera, pero en este caso la segunda bastó para ser la vencida. Hace unas semanas Pablillous estuvo en Nueva York con la intención de que nos juntáramos, sin embargo reaccioné tarde. Ahora todo fue distinto. Sólo bastaron un par de llamadas Miami-NY-Miami para que la cumbre bloggera por fin se concretara el sábado último.

Debo señalar que desde un comienzo supe que la cita en cuestión sería agradable. Y es que le tengo mucha fe a la gente que escribe blogs. La cuestión es que después de unos minutos perdidos (Pablillous estaba esperando en otro acceso de la Penn Station y no en el principal), por fin pudimos darnos el correspondiente abrazo como dignos representantes del mundo blogger. Ahí mismo una foto para inmortalizar el momento y luego a tirar patitas en dirección a Times Square.

A poco andar me di cuenta de que el tipo era perfectamente reconocible. Es decir, provenimos de puntos geográficos similares -en Santiago- y nos expresamos utilizando los mismos garabatos (la verdad es que Pablillous es el campeón de la chuchada, pero no lo quiero dejar mal), por lo que no pasó mucho rato antes de que nos recagá... de la risa.

Primero pasamos a una pizzería, cuyo consumo estuvo auspiciado por el visitante de Miami, para contar algo de nuestras vidas fuera del terruño. A decir verdad Pablillous ha hecho las cosas muy bien y tal vez sin quererlo me regaló algunos buenos consejos para sortear el camino con caries. Ahí también me relató su experiencia con el huracán Wilma y cómo las vio negras en un momento (casi se vuela el cabro).

Más en confianza, Pablillous me contó que estaba muy mermado por el frío reinante -realmente estaba cagado de frío y eso que no hacía tanto- por lo que se compró un gorro tipo "no importa como me vea lo principal es que no se me congelen las orejas" (de seguro cuando lea esto se sentirá engañado ya que aprobé la adquisición). En la tienda, el visitante también mostró cara de asombro cuando le señalé que habíamos entrado a un símil de Zara -cosa que él sabía-, revelándole que aunque sea devoto del Heavy Metal también me manejo en las artes del "glaaaamour", como dice Mary Rose.

Después de eso caminamos sin rumbo varios minutos charlando de lo humano y lo divino, recordamos episodios de Plan Z, visitamos una Virgin Records, para ya en la tarde recalar en la esquina más famosa del mundo donde Pablillous compraría boletos para alguna obra de Broadway. Lo acompañé un rato antes de decir adios, ya que tenía otro compromiso, no sin antes expresarle lo buena onda del encuentro.

Ya a unos 10 metros de distancia quise parodiar esas típicas despedidas a la chilena entre viejos amigos, por lo que a grito pelado espeté un "chao Pablo", lo cual fue respondido con un "chao huevón, no te vayai, ja ja ja". Por un momento fuimos dueños de la situación, por un instante nos vimos en Santiago... un pedacito de Chile en Nueva York.

P.D. La verdad es que el relato no le hace justicia a Pablillous, ya que es mucho más entretenido y buena persona de lo que señalé, pero estoy medio corto de tiempo ahora.

Lo otro. Ayer viví mi primer Halloween como corresponde. Mi sobrina se disfrazó de Lady bug (chinita) y salimos a pedir dulces y todo. Amo a mi sobrina. Yo no me disfracé, pero me puse una polera de Misfits que le lleva calavera, por lo que estaba perfectamente ad-hoc.

Tengo fotos de Manhattan que subiré en la próxima entrega, claro que primero me tienen que asegurar por lo menos unos 20 comentarios, je je.