Jerry Only: My only friend (y cómo nos hicimos íntimos).
No recuerdo exáctamente cuándo comenzó mi devoción por los punkies "Misfits", pero el símbolo de la calavera que identifica a la banda, fue una de las primeras iconografías del rock que me llamaron la atención (más que "Eddie" de Iron Maiden o "Rattlehead" de Megadeth).
Incluso las primeras canciones que escuché ni siquiera fueron de los propios Misfits, sino los covers de "Last Caress" y "Green Hell" que incluyó Metallica en su EP "Garage Days".
Mucho tiempo después (puede ser 1998) cuando me hice amigo de Patito Flash -quien ahora vive en Portland- logré conocer a cabalidad la discografía del grupo, por lo que le copié todo lo que alcancé en esas cintas de cromo que en ese entonces eran un lujo (souvenir que se fue a las pailas con la masificación de los grabadores de CD).
Como ya lo mencionó Claudio Alvarez en su ácido comentario dominical, Misfits hoy dista mucho de lo que fue en el pasado, en los 80. Y claro, tiene toda la razón. La banda sólo sobrevive gracias al empeño y garra de Jerry Only, el bajista. Ya no está Danzig y ni siquiera Doyle, el hermano chico de Jerry, pero de todas formas ahí quedaron los álbumes para quien quiera escucharlos, esos llenos de canciones simplonas sobre extraterrestres y fantasmas; tres acordes y un look de halloween que todavía perdura en el conciente colectivo del punk.
Debe ser por eso mismo que me gusta tanto Misfits. Su música es tan simple que en el fondo invita a creer que cualquiera puede armar una banda con buenas canciones. Y si además se le agrega un concepto, como la calavera y el pelo colgando hacia adelante (muy útil si además te estás quedando calvo), el éxito es seguro.
Otra genial idea de Misfits es el amplio merchandising que ostenta. En la página oficial se pueden encontrar poleras, llaveros, tazones, zapatillas, etc. Todos muy taquilleros. Yo mismo estaba dispuesto a hacer lo imposible por tener las figuras de Jerry Only y Doyle (como los Ken de Barbie, pero disfrazados de zombies) cuando salieron al mercado. Gracias a que mi hermano estaba acá y Criatián "Rucio" Norambuena justo venía a Nueva York, logré que los muñecos llegaran a mis manos en Santiago. De paso, ambos pasaron una agradable tarde hace ya unos tres años. Y eso que ni se conocían.
A Misfits los he podido ver tres veces, todas en Chile. Nunca los integrantes fueron los mismos, excepto Jerry Only. La tercera vez incluso entrevisté al "maestro" sin poderme abstraer de mi fanatismo, por lo que me presenté como "journalist and fan", un concepto muy gracioso que hizo reir al "Oso Didi" que ese día iba de fotógrafo. Demás está decir que la nota sólo fue una oda al grupo, y eso que el show de la noche anterior sonó horrible. Además tuvo que ser cortado, ya que los Carabineros no encontraron nada mejor que dispersar a unos vándalos que se encontraban afuera del recinto con gases lacrimógenos. Literalmente, para llorar.
De la mencionada entrevista conservo varios autógrafos y una gloriosa foto que orgulloso colgaba en el monitor del compu cuando trabajaba en el diario. Una especie de recordatorio permamente sobre lo único a lo que nunca debo renunciar: AL ROCK.
El reencuentro
En Nueva York es común toparse con artistas, famosos, gente de TV. Hasta ahora yo no había podido disfrutar de un acercamiento similar, sin embargo el Dios del Trueno siempre nos tiene preparada una sorpresa.
Como mis padres está disfrutando de unas vacaciones acá junto a sus retoños (en honor a la verdad a mí me han visto poco, pero sólo por asuntos de fuerza mayor), no podía faltar un paseo a la ciudad donde yo pudiera mostrarles algo de lo que son mis gustos. Fue así como después de una visita al Empire State y antes de tomar el ferry entre Manhattan y Staten Island, los llevé a la Virgin Megastore de Times Square.
Ya en el interior, me percaté que había un montón de tipejos con poleras de Misfits y discos en sus manos. Al acercarme a uno de ellos supe la noticia: Jerry Only estaba a minutos de llegar a la tienda para firmar cd's de un nuevo proyecto musical: "Osaka Popstar and the American Legends of Punk", un recocido punketa con Dez Cadena (ex Black Flag), Marky Ramone (The Ramones) y el incomparable Jerry (Misfits), más otros socios de la movida.
No pasaron ni 15 minutos y Marky Ramone aparece entre la multitud, cual hijo de vecino, buscando DVD's en las estanterías. Paso siguiente: su respectiva foto con la leyenda y el típico comentario de que "yo vengo de Chile y te vi en un show en La Batuta". "Welcome to America", espeta el batero en un tono amistoso, mientras le besa la mano a otro fan que todo nervioso me solicita que lo retrate.
Otros 10 minutos y Dez Cadena también se hace presente. Otra foto y bla bla.
Cinco minutos y llega él: Jerry Only en gloria y majestad, con sus ojos pintados, el pelo hacia adelante, rodilleras, botas y una polera de si mismo, pero con menos carne y más músculo. No lo podía creer. Con el corazón en la garganta me acerco y le digo: "Hola Jerry, no sé si me recuerdas, pero hace unos años nos juntamos en Santiago...". "Claro que sí, cómo has estado", me lanza. Incrédulo de que me reconociera insisto: "Esa vez hicimos una entrevista...". "Sí, sí... cómo va todo", vuelve a responder como si fuera un robot, mientras se acomoda un guante de cuero con puntas. Obviamante no le compré, sin embargo, antes de pedirle una foto me aclara: "Ese show en Santiago fue una locura, con la policía tirando gases... ja ja ja. No podíamos ni respirar... ja ja ja". Bueno, si no se acordaba de mí, al menos no mentía respecto al concierto".
La escena era tan surrealista, que me quedé un instante inmóvil pensando en lo loco que era estar ahí, con Jerry y mis padres. Mi mamá sentada en la cafetería del lugar mirando a su bebé actuar como uno y mi papá enfocando la cámara para sacarme la instantánea.
Jerry -siempre sonriente- me despierta al pasarme uno de sus guantes. "Póntelo", me ordena. Yo trato de hacerlo calzar en la mano izquierda, pero era de la derecha. No importa. Así y todo adoptamos la pose y José (mi papá) aprieta el obturador. Así logré mi segunda foto con Jerry, el ídolo máximo, el sensei del punk... el rocker con más actitud.
Toda la banda toma posiciones frente a las escasas cámaras del lugar y luego ofrecen autógrafos y fotos para los presentes. Después de tal evento, feliz me retiro, mientras mi mamá le dice chao a Jerry desde las escaleras. Él graciosamente le agita la mano y la mira hasta que se pierde en el piso superior. "Qué simpático", me dice ella. Y cómo no, si es Jerry Only... mi amigo personal.