LO CONFIESO: Fui el chico Polaroid de Mundo Mágico
Esto pasó hace muchos, pero muchos años. Tal vez siete u ocho. Estamos hablando de cuando ese parque infantil llamado Mundo Mágico con su "Chile en Miniatura" todavía llamaba la atención y era uno de los paseos familiares obligados si se tenían niños pequeños. Afinando la memoria recuerdo que fue un 9 de agosto, domingo, la única fecha en que la empresa salvaba la plata, según supe después.
La cuestión es que Fernando -un amigo que me hice en el preuniversitario- me incluyó en un pituto para trabajar aquel Día del Niño en el recinto señalado. Y claro, su hermana Claudia era la jefa por lo que la pega estaba asegurada.
¡Ya pos! dije yo. Me parece que pagaban 5000 mil piticlines, lo que no era mucho en ese tiempo, pero para un estudiante desempleado significaba por lo menos un par de días recorriendo Santiago en transporte de lujo (micro + metro), con su completo y algunas chelas* (*cervezas para los extranjeros).
Fue así como lleno de entusiasmo tomé el colectivo que me llevaría a Estación Central y luego la micro que aterrizaba en Pajaritos. Era temprano, tipo 8:30 o 9:00. Me presenté, saludé a la hermana de Fernando -la autoridad máxima- y me designaron la tarea.
-Tú vas a ser el fotógrafo. Toma esta Polaroid. Las cachai ¿cierto? Bueno lo que tenís que hacer es ofrecerle a las personas una foto por luca (1000 pesos). Trata de seguir a los personajes que se van a estar paseando por el parque y cuando veai a una familia con cabros chicos le metís a los monos (personajes) pa' que se retraten. ¿Entendido?
- Fácil, pensé.
Lo mejor de todo no era sólo la cámara, que en sí ya era un símbolo de autoridad, o sea yo era EL FOTÓGRAFO DE MUNDO MÁGICO EN EL DÍA DEL NIÑO, sino el atuendo que me pasaron: un delantal blanco, impoluto, con su respectivo logo Polaroid -mi sponsor- y un jockey al tono. También me facilitaron un bolsito negro, de esos que se venden con billetera y monedero, para guardar la recaudación.
Y así salí. Con el mejor uniforme que nunca antes había tenido en mi vida. Muy distinguido, con el peso de la responsabilidad fotográfica sobre mis hombros. Me paseé por todo el recinto, llegué hasta la puerta saludando al hermano chico del Fernando, a la hermana del medio del Fernando, a unos amigos del Fernando y a todo el clan Soto Silva. Estuve harto rato así, sin que pasara mucho.
De repente el espacio-tiempo empezó a cambiar. Todas esas personas que vi llegar con jeans y zapatillas, adquirieron la identidad de quienes representaban. Incluso dejaban de llamarse Patricia, Alejandro o Miguel. Ahora eran denominados como el "pirata", la "muñeca", la "princesa", "capitán Garfio"... Pero obvio, si me encontraba en Mundo Mágico, la tierra de los niños, de la fantasía y donde los sueños se hacían realidad, al menos esa era la pomada.
Mi debut como fotógrafo coincidió también con un evento que muchos de los que hoy bordean la treintena no olvidarán. La tía Paula, mujer poco agraciada, chillona y que era el rostro del espectáculo musical del parque (Tía Paula y los Mágicos del Ritmo), era reemplazada por la bella Carol Kresse, MagiCarol, que se hizo conocida en televisión por animar otros espacios infantiles y también ser "rostro" de esos concursos mulas de Red TV.
Tipo mediodía empezó la acción. La gente me buscaba para que les sacara fotos con los muñecos, con alguna miniatura, con el Oso Willy, con el Ganzo Quincy, Gauss o Pitagoritas. No daba abasto. Me tenían loco. Cuando eran como las 4 de la tarde el bolsito ya estaba lleno de monedas y billetes. Lo que más complicaba era cambiarle el cartucho a la maldita cámara y más encima con una familia en pose esperándome.
No sé si recibí algún tipo de instrucción durante el día, pero tenía claro que mi misión era enfocar, pulsar el disparador, entregar la foto y apretar cachete. La consigna: "no importa si el mono sale movido, no se repiten las fotos". Y así lo hice. Si producto de mi nerviosismo la imagen quedaba borrosa, sólo atinaba a decir: "agítela un rato y ya verá que se aclara". Mientras me alejaba sentía como si hubiera estafado a alguien. Después de varios minutos los incautos seguían meneando el cuadrado plástico. Gajes del oficio
Pasaban las horas y yo seguía posesionado de mi rol. Era como el administrador de mi propio negocio. Recibía billetes y daba vuelto, ocupando en el proceso mis precarias habilidades matemáticas. Era casi un empresario. Un doctor de la fotografía, si tomamos en cuenta el color de la indumentaria.
Lo más surrealista de todo era sin duda el comportamiento de los actores que hacían de piratas. Esos tipos sí que se divertían. Ellos eran el negocio. Los papás no podían evitar la tentación de que sus cabros se inmortalizaran con ellos. Había uno sobre todo que actuaba todo el rato como un desquiciado, poniéndoles su espada de mentira en el cuello a los niños antes de que sacara la foto y sin que nadie se diera cuenta. Era un acto de complicidad. Yo contaba uno, dos, tres y el filibustero rápidamente adoptaba otra pose.
No sólo eso. También conversaban de cosas de piratas mientras estaban solos en un rincón. Yo no lo podía entender. "Tenemos que ocultar el tesoro en la isla, claro que sí. Vamos a prepararnos que ahí viene un barco...", los escuchaba decir cuando me les acercaba para otra polaroid.
Al final de la jornada un italiano cedido por la -en ese entonces- polola de Fernando, calmó las tripas. Luego el pago y pa la casa. Todo volvía a la normalidad, todos humanos otra vez. Las muñecas en verdad eran escolares de media; la princesa, una estudiante de secretariado; el pirata loco no tenía el pelo largo, pero probablemente igual le faltaba un tornillo.
Devolví mi atuendo y mi herramienta de trabajo. La magia se había terminado. De nuevo un simple veinteañero.
De pronto se abre una puerta de golpe en el sector donde estaban las oficinas. Era un pasillo largo y todos los que nos retirábamos lo hacíamos por ese pasadizo. Un hombre de baja estatura, el enano que se disfrazaba de Pitagoritas, salía furibundo y maldiciendo con la mitad de abajo de su traje, o sea con las patas y la cola de pato. Detrás de él una señora le gritaba "Patito, ven para acá... regresa". Caras de asombro e interrogación. Una escena digna de Tim Burton.
Al parecer para algunos la fantasía no se limitaba sólo a ese día o a esa noche. Ellos eran parte de ese mundo sicodélico y colorinche. Su propio mundo mágico.
P.D. Gracias Claudia por inspirar esta historia. Saludos al resto del clan Soto. A Carmen Gloria la vi antes de venirme, pero nunca supo.
La cuestión es que Fernando -un amigo que me hice en el preuniversitario- me incluyó en un pituto para trabajar aquel Día del Niño en el recinto señalado. Y claro, su hermana Claudia era la jefa por lo que la pega estaba asegurada.
¡Ya pos! dije yo. Me parece que pagaban 5000 mil piticlines, lo que no era mucho en ese tiempo, pero para un estudiante desempleado significaba por lo menos un par de días recorriendo Santiago en transporte de lujo (micro + metro), con su completo y algunas chelas* (*cervezas para los extranjeros).
Fue así como lleno de entusiasmo tomé el colectivo que me llevaría a Estación Central y luego la micro que aterrizaba en Pajaritos. Era temprano, tipo 8:30 o 9:00. Me presenté, saludé a la hermana de Fernando -la autoridad máxima- y me designaron la tarea.
-Tú vas a ser el fotógrafo. Toma esta Polaroid. Las cachai ¿cierto? Bueno lo que tenís que hacer es ofrecerle a las personas una foto por luca (1000 pesos). Trata de seguir a los personajes que se van a estar paseando por el parque y cuando veai a una familia con cabros chicos le metís a los monos (personajes) pa' que se retraten. ¿Entendido?
- Fácil, pensé.
Lo mejor de todo no era sólo la cámara, que en sí ya era un símbolo de autoridad, o sea yo era EL FOTÓGRAFO DE MUNDO MÁGICO EN EL DÍA DEL NIÑO, sino el atuendo que me pasaron: un delantal blanco, impoluto, con su respectivo logo Polaroid -mi sponsor- y un jockey al tono. También me facilitaron un bolsito negro, de esos que se venden con billetera y monedero, para guardar la recaudación.
Y así salí. Con el mejor uniforme que nunca antes había tenido en mi vida. Muy distinguido, con el peso de la responsabilidad fotográfica sobre mis hombros. Me paseé por todo el recinto, llegué hasta la puerta saludando al hermano chico del Fernando, a la hermana del medio del Fernando, a unos amigos del Fernando y a todo el clan Soto Silva. Estuve harto rato así, sin que pasara mucho.
De repente el espacio-tiempo empezó a cambiar. Todas esas personas que vi llegar con jeans y zapatillas, adquirieron la identidad de quienes representaban. Incluso dejaban de llamarse Patricia, Alejandro o Miguel. Ahora eran denominados como el "pirata", la "muñeca", la "princesa", "capitán Garfio"... Pero obvio, si me encontraba en Mundo Mágico, la tierra de los niños, de la fantasía y donde los sueños se hacían realidad, al menos esa era la pomada.
Mi debut como fotógrafo coincidió también con un evento que muchos de los que hoy bordean la treintena no olvidarán. La tía Paula, mujer poco agraciada, chillona y que era el rostro del espectáculo musical del parque (Tía Paula y los Mágicos del Ritmo), era reemplazada por la bella Carol Kresse, MagiCarol, que se hizo conocida en televisión por animar otros espacios infantiles y también ser "rostro" de esos concursos mulas de Red TV.
Tipo mediodía empezó la acción. La gente me buscaba para que les sacara fotos con los muñecos, con alguna miniatura, con el Oso Willy, con el Ganzo Quincy, Gauss o Pitagoritas. No daba abasto. Me tenían loco. Cuando eran como las 4 de la tarde el bolsito ya estaba lleno de monedas y billetes. Lo que más complicaba era cambiarle el cartucho a la maldita cámara y más encima con una familia en pose esperándome.
No sé si recibí algún tipo de instrucción durante el día, pero tenía claro que mi misión era enfocar, pulsar el disparador, entregar la foto y apretar cachete. La consigna: "no importa si el mono sale movido, no se repiten las fotos". Y así lo hice. Si producto de mi nerviosismo la imagen quedaba borrosa, sólo atinaba a decir: "agítela un rato y ya verá que se aclara". Mientras me alejaba sentía como si hubiera estafado a alguien. Después de varios minutos los incautos seguían meneando el cuadrado plástico. Gajes del oficio
Pasaban las horas y yo seguía posesionado de mi rol. Era como el administrador de mi propio negocio. Recibía billetes y daba vuelto, ocupando en el proceso mis precarias habilidades matemáticas. Era casi un empresario. Un doctor de la fotografía, si tomamos en cuenta el color de la indumentaria.
Lo más surrealista de todo era sin duda el comportamiento de los actores que hacían de piratas. Esos tipos sí que se divertían. Ellos eran el negocio. Los papás no podían evitar la tentación de que sus cabros se inmortalizaran con ellos. Había uno sobre todo que actuaba todo el rato como un desquiciado, poniéndoles su espada de mentira en el cuello a los niños antes de que sacara la foto y sin que nadie se diera cuenta. Era un acto de complicidad. Yo contaba uno, dos, tres y el filibustero rápidamente adoptaba otra pose.
No sólo eso. También conversaban de cosas de piratas mientras estaban solos en un rincón. Yo no lo podía entender. "Tenemos que ocultar el tesoro en la isla, claro que sí. Vamos a prepararnos que ahí viene un barco...", los escuchaba decir cuando me les acercaba para otra polaroid.
Al final de la jornada un italiano cedido por la -en ese entonces- polola de Fernando, calmó las tripas. Luego el pago y pa la casa. Todo volvía a la normalidad, todos humanos otra vez. Las muñecas en verdad eran escolares de media; la princesa, una estudiante de secretariado; el pirata loco no tenía el pelo largo, pero probablemente igual le faltaba un tornillo.
Devolví mi atuendo y mi herramienta de trabajo. La magia se había terminado. De nuevo un simple veinteañero.
De pronto se abre una puerta de golpe en el sector donde estaban las oficinas. Era un pasillo largo y todos los que nos retirábamos lo hacíamos por ese pasadizo. Un hombre de baja estatura, el enano que se disfrazaba de Pitagoritas, salía furibundo y maldiciendo con la mitad de abajo de su traje, o sea con las patas y la cola de pato. Detrás de él una señora le gritaba "Patito, ven para acá... regresa". Caras de asombro e interrogación. Una escena digna de Tim Burton.
Al parecer para algunos la fantasía no se limitaba sólo a ese día o a esa noche. Ellos eran parte de ese mundo sicodélico y colorinche. Su propio mundo mágico.
P.D. Gracias Claudia por inspirar esta historia. Saludos al resto del clan Soto. A Carmen Gloria la vi antes de venirme, pero nunca supo.
34 Comments:
me gusta Cave, pero prefiero su mujer... definitivamente es mi favorita.
gracias por tu visita
PD. Yo recuerdo a Carol
pololeó con un graaannn amigo
Uf me dejas PLOP
no sabía que estan separados....
Bueno si me refería a Poli J. Harvy..
y lo del novio.. no es un Ingeniero (pololeo de adolescentes)
saludos
Oiga usted!!
A ti te debo mi foto tan fea!!!. Reputeé toda mi vida al fotografo... un lindo paseo estropeado por el camarografo...
jaja... mentira, no tengo ni una foto con esos monos.
Se agradece la visita y en las proximas horas ud será agregado al collage.
Un honor mi gato querido, genial tus recuerdos, se juntan con los mios y los otros y queda la cagada de jolgorio y mocos de alegria.
Hace poco escribi algo del parque, por ahi debe estar en algun lugar de mi blog. SE llama "Tantas ganas de volver, que duele"
Lo último, sacaste a Kiantei del anonimato, grrrr.(Mas lo que me cuide)
Un beso.
Que hijo de p´ta..... siempre igual, siempre tan divertido, siempre con tus salidas que me hacen extrañarte mucho ya desde antes de que partieras.
Pero te tengo que hacer una aclaración: El primer chico polariod fuí yo, de hecho conmigo partió el negocio... y bue.. nunca estafe a nadie.
(Como me cagué de la risa ese mismo día cuando me contaste lo de las fotos corridas....!!!, todavía no paro de reirme bro..)
Lindo Felix, que ganas de abrazarte, loco. Leí lo que me dejaste.
Entiendo lo que me cuentas, no eres la única alma con ese sentimiento atratagantado, pero se que esto no es consuelo.El es así.
Igual es un loco lindo que provoca estas cosas encontradas.Y asi es como lo queremos todavia.
Que lindo que te hayas tropezado con ese post.
Tampoco fuimos nunca compinches tu y yo, pero mira como la vida es ciclica y aqui nos atornilla de nuevo.
Te dejo un beso.
Clau
se nos cayo el carnet a varios T_T
solo fui una vez a mundo magico pero no estaba la tia karol en ese tiempo aunque la veia en canal 5 ^^
lo que si tengo es una figurita de plastico del oso willy que vi que vendian por ahi
saluos
Que puto vendido eres....!!!!!
Me acabo de dar cuenta que pusiste un banner en tu blog personal para ganarte una polera....
No lo puedo creer, que actitud mas gringa
(O sshilena...??)
Mi único recuerdo de Mundo Mágico se remite a las largatijas que me asustaban en el caminito del mundo miniatura...
No volví más :P
Saluditos! :)
Jajaja... me imagino la escena. Nunca tuve la "felicidad" de estar en Mundo Mágico (producto de haber vivido en la ciudad más al puto norte de nuestro largo país) pero describiste muy bien ese día. Me acordé de algunas ocupaciones mulas que he tenido.
Respecto a "albaca" la respuesta la puse en el mismo "almacén", aunque la verdad, y que quede aquí, es que fue puro ahuevonamiento mío.
Buen blog, by the way, veré que hay más abajo...
Saludos,
Tino RO
chuuuta, no me digas que las polaroid aún existen... :S
jajajajajaja
los que tuvimos la oportunidad de ser tambien un chico polaroid lo disfrutamos, jajaj
que cagarme de la risa.
yo tambien ocupe ese delantal blanco( que aun lo tengo)
yo tambien me cagaba de la risa de las fotos corridas
y tambien carreteaba con los piratas.
despues estuve al otro lado, del padre del pitagoritas, donde haciamos mas barbaridades timburtonianas.
caminabamos con las cabezas cambiadas, las girabamos en 180º, nos golpeabamos como lucha libre, nos puteabamos a morir....
y tambien, de pato nobel, me fotografió algun chico polaroid. El recuerdo me dió nostalgia y me dio risa y sonrei dentro del traje.
De la nostalgia siempre queda un poco, de la sonrisa dentro del traje de pato nunca nadie supo. Solo yo ese dia.
Mira esa foto (http://photos1.blogger.com/blogger/2207/1367/1600/halloween.jpg), es de una polaroid.
Abrazos desde este puto pais.
solo una vez fui a Mundo Magico y me parecio una de las 7 maravillas
del mundo...en serio
Gua ja ja ja ja... puta la historia freak! Las cosas que uno hace por plata cuando joven!
Me hiciste recordar a un amigo que babeaba por MagiCarol, y que no se perdía UCV para ver el programa desde Mundo Trágico... ja ja ja...
Gran post (con ése tipo de material te vas a convertir en el mejor blogger del mundo...)
Saludos.
W.
jajajaja la kagaste wn, k manera de reirme! jajaja
tanto tiempo k no te leia.... !
bkan la pega =... !!!
tambien me rei kon tu post de las preguntas k respondiste, jaja muy bueno!!!
k linda la mina k posteo antes k yo "teresa".. jaja!!
chau!
Tengo 3 años recuerdos de mundomágico, me acuerdo de ti con tu delantal blanco y hechando la talla, como siempre, me acuerdo del gato félix cuando se quedaba en mi casa hasta las tantas, cantando, o a veces me ayudaba a hacer el aseo después de un carretón del sábado anterior, cuando quedaban las cagadas y botellas por todos lados.
Te leo everyday lamentablemente yo no tengo blogg, solo soy una voyerista que disfruta cagandose de la risa o emocionandome hasta los mocos, con mundos interiores que afloran en el ciberespacio.
Aprecio tu valentía por hacer patria en culturas tan distintas a las nuestras.
Donde me viste?, porque no te despediste?.
Parece que se te han multiplicado los Soto's.
Te me cuidas. Otro(a) Soto más
(cgloria.soto@newdatasoft.com)
que le ha dado al mundo por recordar aquellos tiempos?? debe ser el 18. y que yo tengo pesima memoria. saludos!! a ver si ahora puedo comentarte... no se que ha pasado conmigo.... pero aqui estoy (finalmente)
creo q nunca fui a mundo mágico, o tal vez era demasiado peque pa recordarlo. En todo caso la historia es buenísima. me kg de la risa leyéndola
Pucha!!! que me he reido contigo... en mi época de estudiante trabajaba de promotora en los super... en fin te leere más seguido.
M
Y entre a tu blog, y es verdad me cague de la risa, me hacia falta.
Sobre mundomagico, era harto fome, solo fue una vez (me gane unas entradas por haber hecho un dibujo sobre la mitologia chilota) y fue suficiente.
Pero rconozco que ahora cuando paso por las ruinas de mundo magico me da un poco de pena, o sea chile en miniatura no resistio el avance economico.
voy a seguir leyendote.
Hola Felix. ¡Que buenas tus cronicas de chico Polaroid!! jaja!
Gracias por los datos de NY, cuidate por allá (¿son tan locos por las armas como se muestra en Bowling for Columbine?)
Saludos!!
A mis 17 yo fui un mono, es decir por un dia y por unos pocos pesos me metí en el disfraz de la ratoncita minnie, que desastre de experiencia,el calor, el peso y todas esas miradas de miedo de los cabros chicos...inexplicable!.
Pero bueno. Son cosas no?
Tu pluma va cada vez mejor, sigue así y saludos desde acá (chilito) pa'llá (nu york)
Me he reído mucho. Con la polaroid, el pirata desquiciado, etc. Una amiga duró como 3 días en un trabajo en la municipalidad de Lo Prado y me llmó en su primer día de trabajo para contarme que nada podía ser más freak:las oficinas kedaban en mundomágico.
saludos, te agrego a mis links
gracias por comentarme gatito...mantendre mi mirada atenta a ti :)
es verdad lo que dice carola, en mundo mágico quedan algunas dependencias de la municipalidad de Lo Prado, ahí estaba la coorporación de educación lugar donde iba a buscar mi miseras lucas cuando trabajada de profe en un liceo brigido de la comuna.
adios.
Te pasaste felix, me acuerdo perfectamente de esa época en que por tres lukas aprendiai un oficio en media hora. Vendedor de helados en Gellatos, haciendo cartillas de Polla Gol, soporte telefónico...Los mil y un oficios del gato Felix.(Puta que eramos freak cuando chicos)
Yo creo que podríai hacer una linea de figuritas, asi como barbie: El Gato felix fotografo, el gato felix en N.Y. El gato felix en la Polla Gol. Gato felix con camisa amasada, gato Felix el heladero, sería grito y plata
En buen chilensis me cago de la risa con tus notas, eres genial y derdad, me algras el día, bueno y en este minuto la noche.....ésta noche de desvelo, dnd escucho a Durana Duran y anhelo el antaño, extraño tu presencia, pero = aprecio el ahora.
tU FAN nº 1 AnItA LA dIVA.
jjaJAjAJjAjjajAjajJA
genial!! me rei mucho, es uno de esos oficios "inesperados", con todo un submundo propio muy gracioso...!
Me imagino a las personas agitando su fotito, esperando con toda paciencia e ilusion, y me muero de risa, ajjaJajja
saludos
trajiste tanto recuerdo a mi cabeza, yo fui a mundo magico cuando tenia como 4 años. En esa oportunidad no habia fotografo asi que mi mama arrendo una en el mismo lugar ¡fue increible! todavia tengo esas fotos. Me parecia tan maravilloso ver Chile en miniatura y los pecesitos en todos los lugares donde habia agua.
GRACIAS fueron grandes recuerdos los que llegaron a mi mente GRACIAS por que los trajiste en un momento en el que siento que voy en picada, y esto fue como una brisa que amortiguo mi caida.
Genial tu crónica Felix!! Aunque reconozco que pasaba mis días de adolescencia en Fantasilandia y creo que sólo cuando era una impuber fui a mundo mágico, me sentí involucrada en la historia.
Suerte por alla y fuerza para continuar tu camino.
Pame
Jajaja la cantidad de recuerdos que trajiste a mi memoria.. te cuento que yo era uno de los piratas, trabaje en Fantasilandia y conocia al pirata loco, que era el mismo que salia en la tele.
Y tienes razón, era muy entretenido eso de ser pirata, llevar espada y saltarle a la gente incauta y asustada ;-)
Y las peleas! casí nunca seguiamos el guión y no faltaba cuando quedabamos picados... erauna terapia catarkica eso de golpear a otro tipo con una espada.
Muy buena tu anécdota.
Al leer eso me vino a la kvza todos los momentos ke pasé allá y me dio cosa ver las ruinas del lugar.
Excelente la historia
La MagiCarol ahora trabaja em n Lan...sogue igual de rica
necesito fotos de carol kresse por favor soy un admirador de ella mi msn willyfrancia@hotmail.fr gracias
aunque resido en francia nunca me olvido de carol kresse
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